viernes, 24 de diciembre de 2010

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Es mentira que la soledad sea llevadera. Sirve si la eliges. Si no, es un látigo. En el silencio, la soledad puede ser un rumor insoportable. Hay un momento en que su eco retumba como la historia, y entonces te refugias en el hueco del ruido, entras en él despavorida, buscando huir de ese silencio.
Nos morimos por una palabra y también nos morimos por culpa de una palabra. La soledad es estar despierto, hablando a solas.

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